Crónicas

Aquí publicaremos crónicas de los vuelos del reto Extremaire. Si quieres que publiquemos alguna de tus crónicas de vuelo, enviala a mamen_cc@hotmail.com

CRÓNICA DE VUELO 31-05-2014

MONTÁNCHEZ - JABUGUILLO (155km)

                                                                                (Récord femenino de distancia en España)

Cuando Juanjo y yo llegamos al despegue, Eduardo, Fernando, Gorka y Casti ya habían despegado y Javi estaba a punto de hacerlo. Miguel y Natán salieron poco después y sobre las 14:30 despegamos Juanjo y yo.

                                                                                                                                           (Foto: Mario Rey)

    Nada más despegar empecé a ascender en la ladera y a los 15 minutos abandoné la Sierra con 2700m dirección SSO con una meta en mi mente y en el GPS: llegar a Jerez de los Caballeros (Badajoz).

    El día funcionaba de maravilla y los cúmulos marcaban las ascendencias. Como las condiciones eras buenas, al principio no me preocupé de ir siguiendo carreteras, sino las maravillosas calles de nubes que poblaban el cielo.

    Llegué a Mérida muy bajita y allí encontré a Fernando y Eduardo; se habían quedado rezagados cogiendo buena altura en esta zona. Dejé de observar las nubes y miré al suelo tratando de buscar un buen foco térmico. Vi varias fincas con paneles solares, un desguace y un par de naves, pero aposté por una pequeña parcela en la que habían estado quemando rastrojos y contrastaba con el resto del terreno. En su cara sur había una hilera de árboles junto a un arroyo que bien podría actuar de disparador. Así fue. Estuve girando esa térmica un cuarto de hora hasta que alcancé 2600m.

En ese tiempo mis compañeros habían avanzado rápidamente hacia el sur y los más cercanos estaban a 20km. Traté de seguirles a mi ritmo y alcancé el punto más bajo del vuelo cuando terminé de atravesar Almendralejo. Ya me veía aterrizando en algún viñedo cuando noté actividad y comencé a buscar la térmica; seguro que tenía que estar muy cerca... Me mantuve unos minutos en los 800 m haciendo giros mientras derivaba hacia el sur, hasta que me topé con la ascendencia que buscaba.

Cuando dejé esa térmica, prácticamente estaba en La Fuente del Maestre y seguí avanzando hacia Jerez, hasta que lo tuve a "tiro de piedra". Ya había pasado de los 100 km.

Entonces me di cuenta de que el día podría dar mucho más de sí, que tenía que ampliar mi meta. Cambié la trayectoria y avancé primero hacia el sur y después hacia el SE, tratando así de acercarme a la autovía para facilitar la recogida.

En Fregenal de la Sierra me acerqué a los 3000m bajo una inmensa nube y el frío ya era molesto. Con esa altura me sentí con confianza de adentrarme en la Sierra de Aracena. En Cumbres Mayores tracé varios giros bajo otro cúmulo que tiraba muy bien y seguí ascendiendo bajo él mientras avanzaba en línea recta durante 2 ó 3 km. ¡Qué sensación tan maravillosa!

En el último tramo del vuelo, mientras dejaba a un lado Aracena, no supe "leer" bien una nube y seguí descendiendo bajo ella.

Planeé hasta un minúsculo pueblo de la sierra mientras perdía toda la altura y busqué aterrizaje. El vario empezó a pitar cuando trataba de aterrizar y tracé un par de giros que me hicieron ganar 50m, pero estaba avanzando hacia una dehesa ondulada muy poblada de encinas y decidí que el vuelo había terminado. Cuando puse los pies en la tierra mi cuerpo vibraba de emoción.

Como se me había acabado la batería de la tablet y el gps del móvil se negaba a situarme en el mapa, mandé coordenadas a mis compañeros del CP Extremadura y enseguida me dijeron dónde me encontraba.

¡Había hecho 155 km! Avisé a Casti y Gorka, les di mi posición y enseguida vinieron a buscarme. Después recogimos a Javi, Eduardo y Fernando que se habían cascado ¡¡¡200km!!! y celebramos el día de vuelo con unas cervezas y raciones en Escacena del Campo.

Como siempre, MIL GRACIAS a todos los volaores, porque cada día de vuelo compartimos mucho más que una afición. Que sigamos muchos años llenando los despegues, contando chistes y anécdotas, disfrutando de la naturaleza, aprendiendo juntos y volando alto, lejos y seguros.

CRÓNICA DE VUELO 11-05-2014

MONTÁNCHEZ – QUINTANA DE LA SERENA

Tras un par de días disfrutando del WOMAD, el domingo tocaba quitarle el polvo al parapente. Toni me recogió y fuimos comentando de camino a Montánchez las previsiones. El día era ventoso, el cielo estaba marcado por cirros y la orientación era NNO – NO. Hablamos de la posibilidad de ir a Zarza en vez de subir a Montánchez, pero Javi, Felipe, Josemi y Arturo ya estaban en el despegue norte, así que nos unimos a ellos. Cuando llegamos, la intensidad había disminuido un poco y al cabo de una hora Javi salió con el tándem y le seguí con el monoplaza. Notamos bastante actividad térmica y el viento, a pesar de ser fuerte, permitía avanzar hacia el aterrizaje.

Subimos de nuevo al despegue norte, llegaron Ramón y Agúndez y mientras nos decidíamos a volar, le metimos mano al queso que había traído Josemi, ¡qué rico! Ramón y yo empezamos a preparar toda la cacharrería para salir de nuevo mientras los demás compis esperaban que las condiciones fueran más propicias para ellos.

Salí primera y me fui rápido a la izquierda. Ramón me siguió y estuvimos haciendo ladera unos minutillos hasta que los dos decidimos avanzar hacia el mogote.

Enseguida encontré una térmica y me puse a hacer ochos hasta que gané algo de altura y confianza. Cuando comencé a hacer giros completos, comprobé lo tumbada que estaba la térmica. Tuve la sensación de salirme por el sotavento y me di cuenta de que si intentaba avanzar de nuevo hacia el norte me iba a costar bastante y seguramente me quedaría pinchada y sin pensarlo mucho más, me puse viento en cola hacia el aterrizaje oficial de este. Me arrepentí al momento, pero ya no había marcha atrás. Sufrí una descendencia de hasta -4m/s, pero por suerte no había rotores en el sotavento.

Avancé hacia el aterrizaje y encontré una térmica que me hizo ganar unos 350 m hasta que me salí de nuevo de la ascendencia por el sur. No hice nada por volver al núcleo; en ese instante seguía pensando que el viento era un poco fuerte para mi gusto, que no se me da bien girar térmicas en estas condiciones y que aterrizaría en unos minutos. Seguí avanzando hacia el sur sintiéndome aliviada por haberme escapado del sotavento y por haber cogido el ebook para entretenerme mientras venían a buscarme.

Por suerte, mientras dejaba a mi izquierda Almoharín me topé con una tercera térmica: una tercera oportunidad.

Cambié el chip e intenté aprovechar el regalo. Tardé 10 minutos en ganar 500 metros y en perder esta térmica (de nuevo por el sur) y seguí buscando por la zona hasta encontrar otra que me elevó hasta los casi 1700m. Entonces empecé a creer en mis posibilidades de hacer un buen vuelo.

Empecé a girar pequeñas ascendencias de 0.5m, sabiendo que en cada giro mantenía mi altura y además avanzaba metros hacia el SE. Cuando llegaba a la autovía, me metí en una descendencia. Quizás fue eso lo que me hizo tomar la decisión de cambiar un poco de rumbo y seguir cerca de la autovía por si pinchaba, en vez de seguir hacia Santa Amalia o Don Benito, que era hacia donde me llevaba el viento.

Noté algo de actividad térmica y comencé a buscar algún disparador o indicios de ascendencias más potentes. Enseguida vi un diablillo que avanzaba por el llano, bajé la pantalla del casco para que no me entrara polvo y me fui a por él. No me atreví a meterme en el núcleo del remolino y me conformé con ir subiendo a 1.5 – 2 m/s, siguiéndolo por barlovento. Con esta térmica alcancé mi altura máxima del día: 1780m.

Mientras me acercaba al Guadiana, saqué la cámara para tomar esta foto:

Supuse que tras una pequeña laderita encontraría una térmica y supuse bien. Hice unos cuantos giros perfectos en el núcleo hasta que me sentí incómoda en la postura porque llevaba un rato con dolor de ovarios. Cambié el sentido de giro y perdí el núcleo. Eso me enfadó, era la mejor térmica que había encontrado en el día y la perdí por una tontería. Volví a cambiar el sentido de giro, convencida de que la recuperaría porque se me da mejor girar hacia la derecha, pero la perdí del todo.

Avancé viento en cola hasta el siguiente disparador, un monte en medio de un llano, y encontré la ascendencia antes de lo esperado. Volví a cambiar el sentido de giro tratando de centrar bien la térmica y lo conseguí durante unos 10 giros, pero de nuevo me despisté y seguí hacia el final del monte, donde desde el principio pensé que encontraría la térmica. Acerté, peeeero de nuevo la cagué girando y me salí.

Viento en cola me fui acercando hasta la carretera porque ya me veía pateando si volvía a perder otra térmica y de nuevo el día me regaló una buena ascendencia que...¿adivináis? Seguro que sí: la perdí enseguida.

GRRRRRRR! Me llamé unas cuantas cosas a mí misma y seguí buscando otra oportunidad en dirección al pueblo, pero ya había gastado mi cupo de fortuna del día. Traté de avanzar viento en cola todo lo posible y aterricé al lado de una pista de tierra que tras una hora de caminata me llevaría por fin a Quintana de la Serena.

Josemi vino a buscarme después de recoger a Ramón y a los nuevos croseros Toni y Agúndez y nos fuimos todos al cruce de la Torre de Santa María a celebrar el día de vuelo con un montón de voladores.

Debería estar muy satisfecha, al fin y al cabo es mi vuelo más largo de esta temporada... Puede que sea el más largo, pero no el mejor. Ha habido días más difíciles, con poca frecuencia de térmicas y he sabido estudiar y aprovechar cada oportunidad. Cuando aterricé el domingo me quedé con un regustillo agridulce porque sé que podría haber sacado mucho más partido a las condiciones que encontré y por no estar concentrada cometí un montón de fallos. He analizado el vuelo en profundidad para aprender de mis errores y he querido escribir esta crónica tan larga por si a alguien le sirven estas reflexiones. Espero que así sea.

  • Tuve sed durante el vuelo; no había preparado el camelback, sino que metí directamente una botella de agua en la silla para cuando aterrizara. Hay que ir siempre preparados para estar volando un hartón de horas. Guantes puestos, bien abrigaditos, instrumentos cargados a tope, dinero en el bolsillo, un buen libro para la espera, sin demasiadas prisas por volver a casa...

  • Me salía por el sotavento de las térmicas. Cuando giraba, avanzaba demasiado viento en cola y por eso acababa por salirme. Tenemos que estar alerta a la evolución de las térmicas y de los giros; no sólo escuchar el vario, sino también sentir la vela y observar y tomar referencias según vamos girando.

  • Falta de constancia. Cuando perdía una térmica, casi siempre la daba por perdida y avanzaba hacia la siguiente. Merece la pena arriesgarse a perder unos metros y tratar de localizar esa térmica en la que se subía tan bien.

  • Falta de concentración. El dolor me distrajo, pero también la falta de confianza en mis posibilidades. Hay que estar atentos a lo que tenemos entre manos y siempre hacerlo lo mejor posible y más aun si creemos que las condiciones no acompañan.

  • Frustración. La sensación de cabreo por no haber aprovechado las oportunidades casi nubla el disfrute de un buen despegue y aterrizaje y dos horas sobrevolando espacios preciosos. Todos estamos aprendiendo, hay que ser crítico y crecer con los errores sin olvidarnos de reforzar los aciertos y de sentirnos satisfechos con el camino que vamos realizando.

Y de momento estas son mis conclusiones. Si leeis esto y sacáis alguna más, decídmelo y tomo nota ;)

 

¡¡¡BUENOS VUELOS A TOD@S!!!

Mi vuelo durante la 2ª prueba del Campeonato de Extremadura. 01/09/2013. (MICHEL)

Preámbulo

Nos juntamos un buen grupo de pilotos que iríamos desde Cáceres. Algunos, como yo, ya poco habituales en las zonas de vuelo por temas familiares, trabajo, etc.

Al llegar a Montánchez muchas caras nuevas para mí y algunos viejos conocidos. En la organización, Andrés como presidente y representante de la Faex y Driu como director de la prueba.

La prueba propuesta: gol en Aliseda con una baliza de paso en el ferial de Cáceres. Unos 57 km sin balizas. Una prueba ambiciosa para mis aspiraciones pero mi idea principal era (y siempre es), pasar un buen día de vuelo junto a los colegas y a juzgar por la cantidad de pilotos que nos juntamos, la diversión estaba asegurada.

 

El vuelo

A las 14:45h. Driu abre la ventana y el Lama aprovecha la racha para salir el primero a volar. Ya están listos Eduardo y Juan Carlos, y tras algunos intentos, salen también al aire.  Aún quedan 20 min. para el start-point  y preparo mi equipo sin prisas. Mientras salen Julio, José Carlos, Mamen y algunos pilotos que no conozco aún.

Sobre la 15:15h,  hora de inicio de la prueba, ya tengo puesto el equipo y espero junto a Juanjo mi turno. A Lama y Eduardo se les ve ya con mucha altura sobre Montánchez a punto de marcharse. El día tiene buena pinta.

 

Delante de mí va a salir Natan, un alumno de Driu. Veo que por todo abrigo lleva unos vaqueros y una camiseta roja de manga corta. Le pregunto si no se abriga más, pero me dice que no cree que vuele demasiado alto ni demasiado lejos puesto que es un alumno… Mientras veo como Driu llega corriendo junto a él y le coloca un GPS para que le ayude en la prueba. Natan le dice que no sabe usarlo pero vale.

 

Despegan los que están delante de mí y al segundo intento despego yo (gracias Andrés, Mirela y Toni por la ayuda), y un minuto después sale Juanjo. Espero poder volar con él después de tanto tiempo sin coincidir y además, puesto que llevamos la misma vela aunque distinta talla, poder comparar rendimientos de nuestros equipos de vuelo.

 

Veo girando 3 velas en medio del valle frente al despegue y a Mamen y Jose Carlos en el Mogote. Yo opto por la Sur puesto que las rachas en el despegue tenían esa orientación. Llego a la sur por arriba y allí hago varias idas y vueltas sin perder ni ganar demasiada altura aunque siempre por encima de la ladera. Me abro un poco hacia el valle y ya comienzo a encontrar una buena ascendencia con +2. Veo venir a algunos pilotos que habían despegado tras de mí. Supongo que uno de ellos es Juanjo, pero no conozco bien el color de su vela y en la zona estamos 7 u 8 volando, por lo que hay que estar atento al tráfico y a la térmica.

 

Según subimos, se va formando sobre Montánchez un buen cúmulo. Julio y Eduardo ya bastante arriba en la misma térmica advierten por radio que es un cúmulo un poco ‘chupón’ y Driu nos recuerda a todos que está prohibido volar dentro de las nubes, más aún con tantos pilotos en vuelo.

 

Veo según voy girando la vela de Mamen que tras intentarlo en el mogote se había venido a la sur. Ha conseguido meterse en la térmica y sube bien. Mientras por radio Juanjo reporta que está aterrizado en el oficial. Vaya chasco, yo estaba creyendo que era una de las velas que estaba remontando cerca de mí. Después me contó que lo intentó en el mogote pero que allí no había nada. Lástima.

 

Sigo girando y me acerco a la nube. 200 m. antes de sus barbas, a 2400 de altura, me pongo viento en cola dirección a Cáceres para evitar una posible ‘chupada’.

 

Un par de parapentes me preceden. No conozco las velas y supongo que son de Badajoz. A lo lejos, 2 o 3 térmicas más adelante se ve de vez en cuando a los primeros.

 

Hago una transición dejando Valdefuentes a mi derecha y perdiendo unos 400m. y allí encuentro una nueva térmica que me sube hasta mi techo de ese día: 2800m. Por debajo veo pasar a Mamen desde Albalá dirección a la Torre de Sta. María. Va muy bajo pero espero que encuentre algo allí. Natan, con las indicaciones por radio de Driu ha conseguido salir del valle de Montánchez y me parece ver su vela en transición. En la térmica de delante le van esperando dos de sus compañeros dándole indicaciones por radio. ¡Ánimo chaval!

 

Comienzo otra transición en la que pierdo bastante altura con descendencias mantenidas de -4 y -5. Al final, entre Torremocha y Torrequemada encuentro mi premio y consigo remontar hasta los 2000. Veo a algunos pilotos por encima de mí pero yo no consigo subir mucho más. Durante la transición oigo por radio a Mamen reportar aterrizaje en el cruce de la Torre. ¡Vaya!

 

Me concentro de nuevo en el vuelo y unos km por delante veo en la cola del pantano de Valdesalor 2 parapente bastante bajos. Uno es naranja y creo que es el de José Carlos (después me enteré que no era él). Sobre la presa también se ve a otros dos con poca altura. No es buen camino por tanto la siguiente transición la hago directo hacia Torreorgaz dejando el pantano a mi izquierda y tratando de volar sobre los pueblos para ver si se desprende algo. Por experiencia ya sé que como no llegue con un poco de altura a la meseta sobre la que está Cáceres, las térmicas de la cantera no me dejarán entrar y me echarán al suelo.

 

Pasado Torreorgaz todavía en descenso a -3 veo en frente un buitre, que sube muuuy despacito. Sobre mi un par de parapentes pasan alto. Ellos sí llegarán sobrados a Cáceres. Apenas tengo 1000m (600 sobre el terreno) y me tengo que agarrar a lo que haya antes de intentar asaltar la meseta cacereña. El cerito se va convirtiendo en +1 y después en +2. Llegan más buitres y al final revienta una térmica inmensa que se puede girar desde el campo de Ramón hasta cerca de Torreorgaz. En compañía de más de 20 buitres me vuelvo a poner a unos 2000 sobre la cantera de Olleta. Mientras voy ganado altura veo pelear a dos parapentes ya muy bajos, cerca de la cañada que va de Sierra de Fuentes a Valdesalor. Al final veo aterrizar a uno de ellos con una vela de color claro y resulta ser Juan Carlos. ¡Lástima!

 

Me vuelvo a lo mío y escucho a Ramón por radio desde el ferial hablando con Javi y Lama que van delante. Tras unos cuantos meneos como siempre ocurre en la zona de la cantera, me dirijo a hacer la baliza del ferial. Mientras escucho a Julio que ha aterrizado en la gasolinera de Valdesalor. A mi derecha, sobre la Montaña veo 2 parapentes muy altos que piden a Ramón información de por donde seguir hacia Aliseda. Le aviso por radio para que, si me ven, traten de seguirme para ponerles en la dirección correcta. No sé si me escuchan.

 

Paso por el ferial, la vertical del cerro de los Romanos y enfilo directo a Malpartida. No encuentro nada girable y con la sangría de metros que canta mi vario creo que no llegaré ni a las primeras casas. Por fin una pequeña alegría me hace ganar unos 200m., Suficiente para llegar y pasar el pueblo. Escucho que Lama está aterrizado pasado Malpartida. Me dirijo a un campo arado en la carretera que va a Aliseda con la esperanza de encontrar algo. Ya sólo me quedan 200 m. sobre el suelo. No muy lejos se ven la sierra y las casas de Aliseda. Algún pelotazo suelto me permite avanzar hasta la torre de las Almedias al lado de la carretera, pero se acabó. Enfilo un buen campo para aterrizar y ahí finaliza mi vuelo.

 

3 horas justitas de vuelo y 47 km. En línea recta desde Montánchez. Me he quedado a 8 km de Aliseda (y a 5 del cilindro del gol). Finalizo un vuelo espléndido y se me queda una gran sonrisa en la cara.

 

Mientras me quito el equipo escucho a Javi reportar gol. Enhorabuena. Campeón de Extremadura. Poco más tarde escucho también a  Eduardo y a otros pilotos que también hacen gol.

 

A los 5 min. pasa Driu para las recogidas. Detrás vienen Julio con Mamen y el Lama a por mí y nos vamos a recoger a Javi que desde el gol ha regresado a aterrizar a las afueras de Cáceres.

 

Sin duda, un gran día de vuelo.

 

Michel.

 

El reto de las recogidas._1.pdf (1044614) Por José Manuel Lama

 

VUELO REALIZADO EL 15 DE AGOSTO DE 2013, ZARZA DE MONTANCHEZ-CALZADA DE OROPESA POR JUAN RAMÓN GONZÁLEZ

Después de unos días por Portugal  y habiendo sido una semana muy buena de vuelo, ya que en Piedrahita se estaba volando mucho y lejos en Montánchez.  Juan Carlos Oroz lo había intentado varias veces en esa semana, pero solo voló bien el martes 13 intentando un ida y vuelta a Cáceres desde Montánchez, pero  se quedó en  Torreorgaz cuando volvía de Cáceres.

Nos llamamos.  Juan Carlos me comenta que el despegue de Suroeste de Zarza de Montánchez está muy sucio para poder despegar, es decir, que había mucho pasto y que unos días antes le había costado mucho despegar, ya que cada vez que levantaba el parapente tenia pajitas de pasto entre las líneas y tenía que abortar el despegue, así que decidimos quedar antes para poder limpiarlo.

Cuando llegamos al despegue sobre las  13.15 horas, ya entraba alguna racha térmica aunque floja. Mientras analizábamos  un poco las rachas, limpiábamos el despegue dejándolo  bastante limpio. Sobre las 14.15 horas Juan Carlos estaba ya equipado y decidido a despegar, yo a la espera de ver lo que hacía.

Juan Carlos despegó a las 14.30 y yo me empecé a equipar. Habíamos hablado de intentar volar en equipo  y había que darse prisa para intentar volar lo más juntos posible, así que despegué a las 14.45, ya juntos en la ladera empezamos uno por un lado y yo por otro a buscar alguna térmica para empezar, pero estuvimos un buen rato intentando permanecer en el aire, a duras penas. Yo, un poco bajo, decido tirar para la curva  a buscar la térmica de servicio que suele estar por allí, y ¡Bingo! ¡Allí estaba! Pero no se comportaba como siempre, parecía que estaba esperándome para darme una paliza; estaba muy desagradable, aunque estaba subiendo y ganando altura entre subidas y bajadas. Juan Carlos ve que estoy subiendo y se viene a esta térmica a ver si  entre los dos la gestionamos  mejor. Yo, habiéndole ganado al despegue  unos 600 metros, decido dejar la térmica que seguía desagradable y tirar hacia el pueblo de Zarza de Montánchez. Juan Carlos se decide  a por el apoyo que tiene la cuerda de Robledillo, mientras que por la radio me comenta que ha encontrado una térmica  y que está subiendo. Desde mi posición lo veo  a unos 3 kilómetros, estoy perdiendo mucha altura y me veo  aterrizado, pero el vario parece que ha dejado de hacer ese ruido infernal  cuando tienes una caída superior a los 2 m/s y aún más infernal parece cuando estás bajo; entonces pones tus sentidos a trabajar, miras cualquier pajita de pasto, cualquier ave, y a tener sensaciones. El vario ya  avisa  con su peculiar zumbido y la vela, que algo se mueve en el aire. Poco a poco empiezo a subir pero no llego a centrar nada y lo que gano lo pierdo. Decido aguantar un poco. Cuando  empiezo a subir, aguanto un poco hacia adelante buscando el barlovento por si acaso la térmica está un poco más adelante, y empiezo a subir 1.2, 1.5, 2.00 m/s.  Miro hacia donde está Juan Carlos y lo veo ya alto y de transición, pero yo empiezo a subir cada vez mejor y en pocos minutos estoy ya a 2.700 m. sobre el nivel del mar y se ha formado un cumulo, muy buena señal . La poca deriva que hay es suroeste, es decir, con este viento  en cola  vamos hacia la Sierra de Guadalupe. Me acerco a 1 km. de Juan Carlos, un poco más alto que él.  Ya estamos juntos. Hacemos una transición hablando por radio y me comenta que en la Sierra de Guadalupe hay ya un cumulonimbo. A mí, creo que como a todo el que vuela en parapente, eso me da mucho pero que mucho respeto, y ya hay cúmulos muy gorditos por la zona. Yo decido buscar el barlovento  donde se forman estos cúmulos para asegurar, ya que toda la zona de barlovento está en cielo azul sin cúmulos. Decido seguir una calle de nubes, pero siempre buscando la zona más segura. Juan Carlos,  que me está viendo perder mucha altura, me habla por radio “¿dónde vas por esa zona de sombra?” , le digo que no estoy cayendo mucho y que llevo un buen planeo, lo hablamos después y era su perspectiva, ya que él estaba subiendo una térmica y yo hacia el planeo de transición.

 Ahí nos empezamos a separar, le comento que quiero seguir por el barlovento aunque no vaya con viento de cola, pero no pierdo mucha velocidad aun yendo un poco de lado. Voy dirección hacia un cúmulo ya formado y empiezo a subir como un cohete. Vuelvo a tener esos 2.700 m. y tiro paralelo a la autovía  A-5, pasando por Trujillo y buscando los cúmulos de barlovento. Encima de Trujillo, con 1990 m. , trinco una térmica y le gano 1000 y casi base de nube a 2.900  m. Me pongo en contacto con Juan Carlos,   a ver si lo localizo visualmente,  pero él se encuentra  a 5  km a mi derecha y con 2.200 m. Le informo que voy paralelo a la A-5 y que voy dirección hacia el cruce de Torrecilla de la Tiesa y al cúmulo que allí se encuentra. Hago una transición de 10 km. y he perdido 1.600 m. por lo que me encuentro a 1.300 m.s.n.m. y a  400 m sobre el suelo  y no he llegado al cúmulo. Me pongo alerta a ver si encuentro algo  que me pueda ayudar a volver a subir. Localizo un terreno arado y parece una buena zona para desprenderse una térmica, así que hago un barrido amplio por la zona y efectivamente allí  estaba. Según iba subiendo, se formaba  un cúmulo bastante agradable. Cuando llegué a los 2.900 m. lo dejé, porque ya llegaba a su base y empecé a ir hacia los túneles de la A-5,  en la Sierra de Mirabete. Hablé con Juan Carlos a ver por dónde estaba, me decía que estaba llegando a Torrecilla de la Tiesa,  y que iba perdiendo mucha altura. Pasando por encima de Torrecilla, trinca una buena térmica que le puso a 3.300 m. Yo entretanto, ya me estaba peleando por no aterrizar en el valle entre la Sierra de Mirabete y  la pequeña Sierra de las Navas, a la cual me fui a apoyar a ver si de por allí saltaba alguna térmica, porque cúmulos había encima, recorriendo la cresta. Viendo el pueblo de Romangordo y posibles aterrizajes seguros, observo delante de mí un buitre en transición, pero que empieza a girar; pues para allá voy, no hay otra y si no a aterrizar. Sí parecía que había algo, ya no caía, así que a concentrarse y buscar sensaciones, que no hizo  falta, ya que en un momento se presentaron por delante a unos 100 m unos cuantos buitres que empezaron a girar y se les veía subir con alegría. Allá fui y empecé a subir, ¡pero a subir como un cohete a 5 a 6 m/s! ¡qué alegría! Juan Carlos está subiendo también y está a unos 10 km, al Este de mi posición entre Campillo de Deleitosa y Fresnedoso de Ibor, a 3.500 m.  Me pregunta por radio que si estoy viendo la cortina de agua que está soltando el cumulonimbo que hay en la Sierra de Guadalupe a unos 20 km más al este de su posición. Le comento que yo desde esa altura sólo veo una mancha muy oscura y que no alcanzo a ver más. Me dice que con la altura que tiene va a atravesar toda la sierra de los Ibores haciendo un pequeño giro a la derecha y en dirección a la carretera  N-502 que une Talavera de la Reina con Ciudad Real.  Subo hasta cerca de la base a 3.400 m ya que tengo que atravesarlo y sigo subiendo hasta los 3.800. Tengo la Central Nuclear de Almaraz y hay una restricción de sobrevolarla de unos 10 km de radio, así que intento respetarla. Pongo rumbo hacia Navalmoral de la Mata pero para no pasar por zona prohibida, tengo que ir un poco más al este, entre Navalmoral y el Pantano de Valdecañas, el cual atravieso por su lado Oeste con unas vistas espectaculares encima de los pueblos de Belvís de Monroy y Casas de Belvís. Habiendo perdido 1000 m ya encima de Casas de Belvis, el vario empieza a pitar, ¡qué sonido más agradable! Mi sorpresa es cuando estoy girando la térmica  y cuando me encaro hacia la nube que había dejado antes a unos 7  u 8 km, veo una columna de aves, supongo que buitres, de 100 m de altura  por lo menos. Era enorme, no sé cuántos buitres habría pero muchos, muchos. ¡Espectacular! Por radio se lo comento a Juan Carlos, no había visto nada igual; bueno, algo parecido en el vertedero de Cáceres. Le gano unos 500 m a esta térmica con cúmulo que se estaba deshaciendo según subía, así que pongo rumbo con 3000 m. hacia un pueblo en la autovía que supongo que es Calzada de Oropesa. Miro el GPS y voy a buena velocidad: a frenos libres a 54 km/h,  cosa que no me había sucedido en todo el vuelo. Eso significaba que ya si iba con viento de cola, pero ya eran las 6.30 horas de la tarde y estaba en cielo azul, sin cúmulos a la vista en la dirección en la que iba.

Ya encima de Calzada de Oropesa, sobre unos 500 m. sobre el suelo, oigo por la radio a Juan Carlos que está muy bajo y que cree que va a aterrizar. Me centro en buscar algo que me haga subir y llegar al siguiente pueblo, que veo que es Oropesa. A lo lejos diviso entre la bruma Talavera, una meta que tengo en mi mente, a ver si puede ser hoy… Pero con la actividad térmica que parece que hay, creo que va a ser que no.  Después de estar dando vueltas por la zona del pueblo a ver si encontraba alguna térmica, no fue posible. Aterricé a las 7 de la tarde después de 4 horas y 18 minutos y 105 km. Un vuelo muy bonito que disfruté mucho.

 Juan Carlos al final aterrizó después de 4 horas y 24 minutos cerca del pueblo de Puente del Arzobispo.

Ahora otra, la recogida. Yo por suerte, cuando aterricé le pregunté a un chico si pasaba algún autobús  por el pueblo y me dijo que a las 7.45 pasaba uno, que la parada estaba al otro lado de la autovía a unos 300 m. de donde estaba. Me di prisa en plegar y recoger todo y a las 7.35 estaba en la parada, justo el tiempo de comer el bocadillo que llevaba de reserva, y allí estaba el autobús hacia Cáceres. Me decía a mí mismo “¡jo, qué bien! ¡qué pedazo de recogida!”. Hablé con Juan Carlos y le dije que yo había cogido el autobús y también le comenté que después de un vuelo que hicimos juntos el año pasado y que yo aterricé en Alía (Cáceres), cogí un autobús que  venía de Madrid hacia Miajadas, que pasa por Puente del Arzobispo, pero ese autobús sólo pasa los viernes. Me dijo que no me preocupara, que se buscaba la vida para el día siguiente. Cuando llegué a casa  las 10.40 de la noche, lo llamé y le comenté que si iba a por él, me dijo que no tenía prisas, que no me preocupara, que descansara y que al día siguiente hablábamos y que fuera mirando combinaciones de autobuses.

A la mañana siguiente Juan Carlos cogió un autobús procedente de Madrid con dirección a Miajadas y yo otro que salía de Cáceres y pasaba por Valdemorales. Desde allí subí andando al despegue de Zarza para recoger el coche y a las 14:45 recogí a Juan Carlos y volvimos a Cáceres.

Camino de casa, hablamos del vuelo con gran placer,  de todos los pormenores que ocurrieron y volviéndolo a recordar, tú esto y yo lo otro.

 

Reflexiones en torno al parapente (José Manuel Lama, julio de 2013)

Un componente importante de la salud es hacer lo que nos gusta.
El placer del vuelo, no solamente del momento comprendido entre el despegue y el aterrizaje, se extiende como bien sabemos los voladores a los momentos compartidos, cerveza en mano, con los amigos, compañeros de vuelo, recogedores. En mi caso, trato de extender ese placer todo lo posible: desde la planificación con el xc planner, hasta los sueños del día después del vuelo, momentos extraordinarios siendo consciente del placer del viaje hasta el despegue . La habilidad de disfrutar con cada momento sólo depende de nosotros. El infierno de amargarnos la vida con cualquier tontería también. Cuando tenemos conciencia de esto, eliminamos una gran parte de sufrimiento.

Javi Dalton comentaba después del extraordinario vuelo de la mina a Rosalejo: "¿Enseñar a hacer vuelos como éste? Es fácil: cuando haces lo que te gusta, todo fluye".  Yo también estaba ese día, podría haberme ido con él, pero mi habilidad de pilotaje fue netamente inferior. En este artículo hablaré de esos otros días en que me vi superado por otros pilotos, Jorge el dia de  Castuera,11/5/13Javi otra vez el dia de Monesterio, 22/5/13, Eduardo, Julio y Mamen el día 2/6/13.
Aprender a comprender la confluencia del Guadiana porque la tenemos cerca o cuaquier otra confluencia, porque a veces cuando volamos nos cuesta comprender el día o por qué las térmicas no son redondas.
Despegamos de Montanchez  N  y  Jorge se adelantó hacia el aterrizaje oficial del este. En Almoharín conseguí subir siguiendo sus indicaciones.  Me adelanté hacia el Guadiana, pero mi prisa por cruzarlo y la ignorancia de la confluencia me llevaron a perder 1800 metros en poco trayecto de transición; resultado: aterrizado en Don Benito. Al poco de aterrizar y ver que se formaba un cumulito antes del Guadiana, le recomendé a Jorge que volviera atrás hacia él. A partir de ahí fueron surgiendo cumulitos y quizá hubiera llegado a Córdoba de no haber tendido hacia la carretera, la atracción de la seguridad en aterrizar en un sitio seguro y bien comunicado. Luis no tardó mucho en recogerme, está tratando de recuperar su forma, por eso su vuelo fue corto. De vuelta al despegue a por el coche y a Castuera a recoger a Jorge, que disfrutó enormemente de su vuelo.
Volver a cruzar el Guadiana, de Mirandilla a Mérida con viento de N, pero al cruzar el río el viento sopla de O. Acabé en Oliva de Mérida, muy temprano, mientras Dalton seguía camino del sur y aterrizó pasado Monesterio. Mamen y Chemita se encargaron de la recogida, Celestino tambien colaboró.
El tercer cruce me costó dos despegues, en la cara norte de Montánchez. En el primero otra vez las prisas, me salí de la térmica con unos 50 metros de altura, al no penetrar y ver que pasaría mal rato enfrentado intentando ganar el barlovento, decidí aterrizar en los alrededores de la charca de arriba, Jorge me devolvió con rapidez al despegue. Otra vez camino del sur. Mamen delante, Julio, Eduardo y yo detrás. Cruzar el Guadiana y llegar con la altura justa para hacer ladera en Arroyo de San Serván. Mamen en Solana de los Barros, Julio en Fuente del Maestre y Eduardo pasó de la Parra.
Rolo se encargó de recogernos a Mamen y a mí, Jorge  a Michel y Michel a Julio y Eduardo.
Cuando todas las condiciones se dan se hace un buen vuelo y llegas a casa pronto, pero son tantísimas las variables que hacen que este deporte para mí sea apasionante. Primero y principal, las condiciones meteorológicas; luego, disponer del tiempo libre, encontrarse físicamente bien, tener el ánimo dispuesto, ¡cuántas veces el ánimo flaquea y se encuentran mil escusas!, que si hace mucho calor, o que no viene nadie, que no sabes donde aterrizarás y como saldrás de allí... ¡Hay tantísimos fantasmas que arruinan un buen vuelo!, una simple mala cara de algún familar, o un comentario como "¿otra vez vas a volar?". La mayor parte de los obstáculos se encuentran en nuestra mente.

 

Montánchez - Fuente del Maestre (Julio Gil 2-6-2013)

Despego de la norte de Montánchez con una buena racha para salir, en la ladera no te mantienes bien por lo que decido salir un poco al valle, encuentro varias burbujas flojas que me hacen ganar algo de altura, hasta que encuentro una buena térmica que me cuesta un poco centrar. Este vuelo es  mi primer vuelo térmico de la temporada,  José Manuel  y Eduardo me ven subiendo y enseguida se unen  al ascensor; en un momento dado Eduardo centra mejor  la térmica y sube más deprisa,  me salgo  de la ascendencia para dejarle pasar ya que tiene preferencia el que viene por debajo al no poder verte con su vela encima, pasa bastante cerca, y la térmica es bastante movidita, también dejo pasar a Jose Manuel, para volar sólo y estar únicamente pendiente de girar la térmica.

Al  llegar a una altura de unos 1900 m. la térmica no da para más y decido emprender mi aventura de vuelo con rumbo sur viento en cola; al poco encuentro la térmica de servicio que suele haber los días de viento norte en el sotavento del macizo de Montánchez  por la zona de Arroyomolinos, ¡qué alegría 2000 metros!  Otro planeo dirección sur y durante un buen rato no encuentro nada y el suelo se acerca, empiezo a estresarme un poco y decido cambiar el rumbo a oeste para acercarme a la N-630, ya que al sur de la sierra de Montánchez hay una zona bastante amplia sin pueblos y sin carreteras, si se aterriza en esa zona me tocaría una buena pateada con el parapente a la espalda.  Por fin el vario empieza a pitar un poco pero no consigo hacer un giro completo subiendo, “me cuesta centrar la térmica, el día no está fácil pero sigo insistiendo, es posible que todavía no esté formada, ya se disparará,  y por lo menos no estoy perdiendo altura”. Al rato, por fin, llega la recompensa y encuentro  un núcleo térmico que me sube como un cohete a más de 4 m/s sostenidos hasta los 2300 metros.  Con la seguridad de la altura cojo rumbo sur de nuevo, Mérida ya está a mi alcance, sobrevuelo Mirandilla y unos kilómetros antes de Mérida encuentro otra buena ascendencia, otra vez 2300, lo que me permite sobrevolar Mérida con alturón para disfrutar de las vistas. Pasado Mérida y el Guadiana encuentro otra que me lleva al techo del día, sobre 2400, con esta térmica sobrevuelo  alto la sierra de San Servan  situada al sur de Mérida en la que suele haber muchos buitres debido a un vertedero y que también suelen funcionar bastante bien. Llego con menos de 1.000 m al pueblo de Torremejías, donde empieza la zona de Tierra de Barros y el paisaje se convierte en un enorme viñedo donde no hay muchos aterrizajes, encuentro otra floja térmica a la que me agarro a base de mucha concentración y paciencia, al final  me recompensa y otro buen núcleo me lleva  hasta los 2400  y me voy dirección Almendralejo, sobrevolando el casco urbano que suele dar alguna alegría , esta vez no es así,  pasada la zona urbana hay algo que se centra con mucha dificultad y no consigo ganarle muchos metros, sigo hacia Villafranca y empiezo a encontrarme cansado, llevo tres horas volando, veo un posible aterrizaje entre la autovía y la nacional 630 un par de km. antes de Villafranca,  cuando el vario empieza a pitar no muy deprisa pero si constante, “esto hay que aprovecharlo”, y le gano hasta los 1900, con esa altura no llego hasta Zafra por lo que decido cambiar un poco el rumbo a oeste dirección Fuentes del Maestre y la zona de la Parra que ya veo, llegando a Fuentes del Maestre encuentro alguna ascendencia turbulenta que me cuesta centrar y decido dejarla y buscar un buen aterrizaje, la zona norte del pueblo está plagada de tendidos de cables por lo que me voy a la zona sur donde veo una campa limpia de cables y en una zona bastante turbulenta me veo obligado a perder altura metiendo orejas y barrenando.

Al final aterrizo perfectamente en la campa elegida después de 3 horas y 40 minutos de vuelo y 83 km. recorridos  en línea recta. Estoy un poco cansado, pero muy contento y satisfecho de mi primer vuelo de distancia de la temporada 2013 y agradecido a Michel que sé que viene haciendo la recogida.

Casas de Millán - Sur Oliva de Plasencia (Mamen 5-6-2013)

Las previsiones para ese día eran fantásticas: viento moderado de SO, techo de 3000 m y bonitas calles de cúmulos. Javi y Lama habían comentado que querían salir de la campa de La Mina, pero a mí me apetecía más intentarlo desde Casas de Millán. Salí del trabajo, comí muy rápido y llegué al despegue a las 15:30. El viento estaba en calma, pero enseguida comenzaron a entrar rachitas térmicas. Eso de volar sola siempre me inquieta, y más en ese despegue que conocía muy poco, así que me dediqué un buen rato a observar las rachas, las aves y las nubes. Revisé un par de veces todo el equipo y al fin despegué. Salí disparada hacia arriba y enseguida comencé a girar. Había buitres y cernícalos haciéndome compañía ahí arriba. Agradecí que de momento el viento no fuera muy fuerte y no tumbara demasiado las térmicas. En unos minutos vi cómo mi vario marcaba suficiente altura para marcharme y fui alejándome poco a poco del despegue. El cielo se iba cuajando de nubes y no tardé en sentir cómo esos cúmulos chupones hacían que los aparatos marcaran +4, +5, +6m/s... y me asusté, la verdad. Sigo siendo una polluela y eso de no tener a mi profe y mis compañeros cerca para aconsejarme hizo que me asaltaran las dudas. ¿Los desarrollos eran demasiado grandes? ¿ Eran nubes de tormenta? ¿Podía ser peligroso seguir volando ( y ascendiendo tan rápido!!!) bajo ellas? Mi decisión desde ese momento fue no permitir que el parapente subiera más de 1500m, no volar bajo el centro de la nube y aterrizar inmediatamente si sentía que algo se escapaba a mi control. No niego que fuera un placer subir de gratis sin girar durante kilómetros, pero mi inseguridad me impedía disfrutarlo del todo. Avancé rápido hacia Plasencia y volvía a meterme en zona de nubes cuando necesitaba ganar algunos metros. Si ganaba demasiados, metía orejillas, pisaba el acelerador y salía al azul. Conseguí hablar con Javi, que ya iba rumbo a Monroy y le conté lo que me pasaba. Le dije que iba a aterrizar pronto porque no lo veía claro y me dio el visto bueno. Mientras observaba cómo dejaba Plasencia a la derecha, comprobé que ya había completado un tramo de 30 km y me di por satisfecha;  planeé viento en cola saboreando cada momento del final de este bonito vuelo.

Horas después Javi aterrizó en Rosalejo tras hacer 100 kilometrazos saliendo de una ladera con 40 metros de desnivel. Olé, olé y olé!

 Tramo Montánchez-Castuera (Jorge Bollycao 11-5-2013)

Después de haber hecho la revisión y plegado anual de los paracaídas de emergencias en Sierra de Fuentes, el día pintaba bien. Aunque las mejores previsiones eran para el domingo, yo sólo disponía de ese día para volar y tomada la decisión muy a última hora. El caso es que llegamos al despegue de Montánchez Norte cerca de las 13h, las rachitas para salir eran ideales. En cuanto  vi salir a Mamen y coger la primera ascendencia, vimos que había llegado la hora quizás un poco pronto. Despegué al segundo intento, en el primero se me enganchó el variómetro con una cinta de seguridad y me resultaba incómodo, pero Javi rápidamente me echó una mano y no perdí posición de despegue. Al salir se notaba un poco cruzado del oeste, me alejé un poco de la ladera y pillé la primera térmica que me puso unos 200m encima de las antenas, me fui pronto para atrás y una colonia de buitres justo detrás del aterrizaje de la Este me marcó la térmica. Estuve girando con ellos y me dejaron en Almoharín, allí vi como Jose Manuel me adelantaba e iba dirección Villanueva. Yo me entretuve girando, no subía mas de 1800m mientras que él ya había llegado al techo que era de 2300m, al rato me comunicó que había aterrizado y me indicó por la radio (que me dejó Javi) que me fijara en los cúmulos que se estaban formando entre los dos brazos de Guadiana, y así fue como después de un buen rato buscando remolinos desvié el rumbo un poco hacia el oeste y remontar. Había un montón de columnas de polvo que me indicaban que la actividad era buena, a unos 600m, bastante bajito me llegaron los humos de un campo quemando rastrojos que me hicieron vigilar más atentamente la vela, ¡qué cantidad de telarañas llevaba en los cordinos! Al entrar entre los dos brazos del Guadiana noté el cambio de dirección del viento, luego comentando con Jose M me dijo que podría ser una confluencia; la próxima vez que pase por ahí intentaré viajar con ella. Justo al llegar a Don Benito alcancé techo 2200. Se movía bastante arriba del todo, no tanto el resto del trayecto. Seguía dirección Magacela cuando una pareja de buitres aparecieron a mi lado y volví a girar con ellos, ¡me encanta cómo me dan la referencia de circunferencia de giro! En un momento enfilé hasta Castuera, allí una decisión conservadora me dejó en tierra: un milano giraba en medio de la nada y me llamó para llegar a Córdoba, pero preferí asegurar pueblo. Los ojos me arañaban un poco porque no tengo costumbre de llevar gafas y se me olvidaron. 4h 20’ de disfrute total. Gracias José Manuel por la rápida y eficiente recogida, apenas terminé la jarrita de cerveza con limón. Y a todos los que aportan que cada día se vuele más y mejor en nuestra tierra.

 

 

Montánchez - Puerto de las Camellas (Cáceres) (Mamen 2-5-2013)

La semana pasada quedé con José Carlos y Juan Carlos para disfrutar de un día estupendo de vuelo. El viento era flojo y planeamos hacer un ida-vuelta a Cáceres. José Carlos salió primero y tomó la acertada decisión de salir rápido al llano. Una térmica le puso a unos 2000m y se marchó dirección Valdefuentes. Fui la segunda en salir e imité a mi compañero, giré la misma térmica que él y traté de seguirle. José Carlos se alejaba de Valdefuentes a buena altura cuando yo llegaba muy bajita y encontraba una térmica que me permitió pasar de los 1900m. Juan Carlos salió en una rachita buena, después de esperar un largo rato en el despegue. Salió también hacia Valdefuentes para tratar de alcanzarnos. Mientras, José Carlos sufrió un pozo que le hizo perder toda su altura y le forzó a aterrizar. Seguí avanzando hacia Cáceres, dejando a mi izquierda el pantano de Valdesalor. Una veintena de buitres me dibujaron una térmica que me puso a 2300 y pude tocar las nubes. Con esa altura, avancé hacia Cáceres atravesando una descendencia acusada. No supe aprovechar la última térmica que encontré y finalmente aterricé en el puerto de las Camellas. Juan Carlos seguía en vuelo y se aproximó al pantano de Valdesalor, donde decidió dar la vuelta y aterrizar en Montánchez, para facilitar la recogida de los coches.

Otro feliz día de vuelo y primer tramo de Extremaire completado :D

Vuelo de Juan Carlos

Vuelo de Jose Carlos

Vuelo de Mamen

Jornada de entrenamiento (6-4-2013)

El pasado sábado varios pilotos nos juntamos en Montánchez para tomar contacto con las primeras térmicas de abril. El viento en el despegue a primera hora era fuerte, pero pronto bajó la intensidad y a las 11:30 despegamos los primeros pilotos. El día estaba bastante térmico y pudimos entrenar los giros en térmica con viento fuerte. Javi enseguida alcanzó el techo en el despegue y decidió marcharse dirección SE, aterrizando en Almoharín y así hacer su primer minicross de la temporada.